lunes, 30 de marzo de 2009

Nacimientos de jabirú aún mantiene crítica la especie en el país

Oliver Pérez

Nicoya, Guanacaste.

Los diez nidos que los biólogos descubrieron el año pasado en distintos sitios del país, principalmente en las márgenes del río Tempisque, ya tienen habitantes. Los profesionales encontraron varios pichones que están creciendo en los inmensos nidos formados en las ramas de los árboles.

Aún con esos pichones, los protectores no dejan de preocuparse de la poca cantidad que existe de una de las cigüeñas más grande del mundo y el ave acuática más grande de América, que continua en peligro de extinción en Centroamérica.

Uno de los problemas es la pérdida del habita de anidación. Las aves para anidar buscan árboles con una serie de características como altura, arquitectura, que tenga horquetas gruesas, prefiere que esté cerca de lagunas entre otras particularidades. La especie anida durante la época seca y cada año utiliza el mismo nido, a menos que el árbol no exista.

Cada año el Biólogo que estudia esta especie en Costa Rica, realiza una expedición por las áreas de distribución del Jabirú para verificar la existencia de los nidos. Hasta la fecha ha registrado 25 nidos en todo Costa Rica, de los cuales esta temporada de anidación del 2009, solo encontró 10 nidos activos, o sea que estaba anidando la especie.

Esto es un reflejo de la situación crítica de la población del Jabirú en Costa Rica. Por lo cual, parte de esta investigación consiste en trabajar de cerca con los finqueros donde se encuentran los nidos del Jabirú, para lograr asegurar la supervivencia de la especie. Este proyecto de investigación está apoyado por la Universidad Estatal a Distancia, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación, la asociación de Voluntarios en Áreas Silvestres, Asotempisque y Azucarera El Viejo.

La mayoría de la población con nidos esta en Guanacaste, precisamente en las cercanías del rio tempisque. Por el momento, no hay un número exacto de ese tipo de aves en el país, este año, aun no se ha hecho el inventario, eso sería entre abril y mayo.

Para el biólogo, Johnny Villarreal, el hecho que se haya encontrado algunos pichones, no deja de inquietarlos la poca cantidad “galán sin ventura”,( como también se le conoce) en el país.

“Seguimos teniendo el problema de la ubicación de los nidos, que se encuentran en fincas privadas y no en áreas silvestres protegidas. Otro de los problemas que seguimos enfrentando es la quema de cañales en la época seca, eso afecta al ave”, explicó el profesional.

En el 2005, el Área de Conservación Tempisque colocaron cinco nidos artificiales de dos metros de diámetro y ubicados a 15 metros de altura en la laguna de Mata Redonda, nunca los utilizó el jabirú.

En el 2006 la población fue de 83 y el 2007 cerró con 25 ejemplares. Aún falta por contabilizar la de este año.

Debido a esta disminución, durante el año pasado se decidió iniciar la campaña de protección del jabirú.

Así, se organizó la Comisión del Jabirú, un símbolo del Área de Conservación del Tempisque, que trata de promover la protección y educación ambiental en comunidades y escuelas.

Datos del Jabirú

El jabirú es un ave blanca cuya piel (bajo el plumaje) es de color negro grisáceo y tiene una mancha blanca en la parte posterior de la cabeza. Conocido también como “galán sin ventura”, el jabirú mide 1,5 metros de altura y con las alas abiertas puede alcanzar hasta 2 metros de longitud.

Asimismo, el jabirú vuela a grandes alturas y se alimenta de peces. Su nombre científico es Jabiru mycteria .

El jabirú habita en pantanos y lagunas poco profundas en las bajuras del Tempisque, en Guanacaste, principalmente en Mata Redonda y Caño Negro.

martes, 10 de marzo de 2009

Almejeros del tempisque indispensables en semana santa


Oliver Pérez

Nicoya

Para este tiempo de semana santa, es cuando más se incrementa el consumo de mariscos y, uno de los favoritos son las almejas. Por eso, muchos de los que se encargan de la extracción de estos moluscos ahora tienen que levantarse a las 4 a.m. y estar una hora después en las aguas del río tempisque en busca de los bancos de las almejas. Allí, José Gilberto Torres Carrillo, es uno de los cinco que forman parte de ese grupo de almejeros que sin ningún problema se tira a ese río, con tal de conseguir más ingreso económico para la mantención de su familia.

Este hombre de piel morena, de 37 años y con 12 de dedicarse a este oficio, pasa todo el día extrayendo este tipo de mariscos. A las 6 p.m. se enrumba a su casa.

En un improvisado fuego entre el manglar del tempisque, él y sus otros compañeros, sacan diariamente 25 kilos de almejas.

Solo diez familias de Zapote, Corral de Piedra y Caballito se dedican a esta actividad.

“La verdad que solo para este tiempo podemos ver un poco crecer nuestros ingresos, ya que por lo general ganamos ¢30.000 por semana. La venta hay que hacerla a los intermediarios a precios muy bajos, pero, no hay nada que podamos hacer”, contó resignado Jorge Carrillo, uno de los almejeros.

El precio de un kilo de almeja ellos lo venden a ¢700, mientras que en el mercado se consigue a ¢1.000 un cuarto de kilo. En concha se comercializa en ¢100 el kilo.

Gabino Carrillo Arias, funcionario del Área de Conservación Tempisque, aclaró que la extracción de este tipo de mariscos no perjudica el ecosistema.

“hay sobrepoblación de almejas en los bancos y es recomendable que se realice la extracción”, indicó el funcionario ambiental.